Los problemas existentes
derivados de alteraciones el Aparato Locomotor han de tenerse muy presentes, dadas las
graves consecuencias que pueden traer a los niños, tanto en el plano estético como
en el de las alteraciones en la movilidad. Esto último es la mayor
preocupación del pediatra, dado que detectándolo a tiempo se consigue un buen
futuro para nuestro paciente en la mayoría de los casos.
En principio, es muy
importante distinguir entre MALFORMACIONES y ALTERACIONES.
Las consecuencias de unas
y otras, desde el punto de vista funcional, son muy diferentes.
Son difíciles de tratar, tanto desde el punto de vista funcional como
estético.
La posición del feto durante el embarazo suele ser la causa de la casi
totalidad de ellas.
Casi siempre, tienen solución y se corrigen con moldeamiento y compresión
no muy fuerte. Se suele llegar, con ello, a la forma ósea o articular más
conveniente.
El pediatra, en la exploración que realiza a su hijo, lo ve desnudo y
puede apreciar cualquier alteración que presente.
Ahora bien, no está de más que cualquier detalle que les preocupe a
ustedes, se lo comuniquen al médico.
Habrá alteraciones que se deberán a la "Posición
de Comodidad", la cual adopta el niño, en los primeros días de vida, y que
viene a ser la que tenía en el útero de la madre.
Normalmente, no habrá problemas en su resolución mediante ejercicios
programados o, sencillamente, esperando unas semanas a que lo hagan
espontáneamente.
En otros casos, será patológica la malformación que encuentre el
pediatra. Entonces, les explicará en qué consiste y lo remitirá a un servicio
de traumatología infantil que hará el tratamiento más
conveniente.
La presentan 1 de cada 1000 nacidos vivos. Se aprecia un salto claro de
cadera importante y un simple "clic" no es sinónimo de alteración,
aun cuando hace que empecemos a vigilar su evolución.
Es detectada, en primer lugar, por el pediatra que ve al recién nacido.
Ya avisa de tal circunstancia y, cuando llega a la consulta de Atención
Primaria, se establece el plan a seguir.
Cogida y tratada a tiempo con medidas sencillas, tiene una fácil
resolución; pero si nos retrasamos, las consecuencias pueden ser graves. De
todos modos, las técnicas actuales permiten un buen tratamiento quirúrgico.
Las alteraciones de los pies le siguen en importancia en cuanto a las
consecuencias que, de ellas, se derivan.
De las más frecuentes, destacamos el equino-varo que siempre obliga a un tratamiento
intenso y, a veces, agresivo con objeto de conseguir una deambulación más o
menos normal.
Un consejo: no se desesperen si la corrección no es rápida.
Estos problemas, en muchos casos, necesitan
un tratamiento prolongado.
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